La triste camarilla de Boca.

No es novedad. Ya dijimos hace mucho tiempo que la negatividad de Tristelme tiene muchos flancos dentro de un plantel. No sólo su juego ralentiza al equipo sino que erosiona las posibilidades de crecimiento de cualquier valor surgido que no se avenga al juego de Tristelme, su ejemplo de soberbia y autismo vanagloriante provoca desplantes de chicos  inexpertos a consagrados DTs y su mezquindad provoca eternas divisiones camarilleras de vestuario (sin hablar del perjuicio económico que provoca al club).

Aquí, la camarilla tristelmística que vive bajo la sombra boquense y el ala de ciertos dirigentes: Viatri, García, Giménez y Tristelme, el cajón de manzanas podridas que debe limpiarse de Boca Júniors.