Reportaje a Tony Blas

Completamos el reportaje con la publicación de esta tercera parte.

REPORTAJE (PARTE 1)
REPORTAJE (PARTE 2)

REPORTAJE (PARTE 3)

HABLAS DE UN RETRASO EN LA SELECCIÓN ¿A QUE TE REFERIS?
El nombramiento de Passarella al frente de la selección fue una maniobra tan grondoniana como determinista. En este caso, no pudo mensurarse el tamaño de la crisis futbolística que se venía. Con un simplismo casi bizarro Passarella, de muy poca experiencia y logros flamantes, fue nombrado en honor al carácter férreo que venía a oponerse al whisky y las gorritas de Basile; un orden que los jugadores debían respetar ante la prensa, la fotografía y la popular imagen del capitán levantando la copa del Mundo en 1978 se estableció en la selección con voluntad de nacer de nuevo. Argentina terminaba de despedir a Diego. Maradona dio positivo y Argentina armó las valijas antes de jugar contra Bulgaria en 1994. Porque Argentina estuvo a la sombra de Diego durante los últimos 20 años. Entonces valía cualquier cosa. Jugaron, según esquemas de Bilardo, tipos como Dezzoti, Lorenzo, Garré y tantos otros. Jugaron a cualquier cosa, total estaba Diego para hacer y deshacer. A la hora de despedir al genio nos quedamos en cero. Más que en cero en menos diez. Porque ni siquiera teníamos claro que se le tenía que pedir a un armador de juego y nos enredamos en la triquiñuela enganche sí, enganche no. Bielsa venía en la búsqueda y vaya si probó jugadores, duplas y mediocampos para resolver el asunto de la creación de juego. Y no terminó de resolverlo pero si logró imprimir un estilo y una identidad de equipo que Pekerman vino a destruir.

¿DE QUE MANERA?
Estábamos en Passarella que vino a poner orden, cortar pelos y prohibir gorritos con publicidades cuyo plan principal de desestabilización de rivales era incluir al piojo López para que corriera por izquierda y colocara un centro a Crespo, su referente de área antes que Batistuta. Entonces Argentina salió a jugar el 98 con hombres fogueados como Simeone o Zanetti, tipos que no crean pero que se la aguantan, empujan. Allí fue el inicio del problema. ¿Quién agarraba la manija de creación? Ortega, Gallardo, Verón, Espina? Berti? El único que había logrado respirar sin Diego había sido Basile cuando enganchó una ráfaga veraniega de Leo Rodríguez al lado de un sacado Batistuta, alla por el 91. El problema viene de lejos y no es para menos.

¿BIELSA CONTINUO LA LINEA DE PASSARELLA?
No sólo la continuó. Lo de Passarella fue un buen bosquejo. Había que armar algo y Passarella intentó lo suyo. Salió como salió. Argentina le ganó a los ingleses por penales y terminamos en una mitad de tabla mundial que no mataba a nadie. Pero Argentina ganaba los partidos que ganaba no por tener un esquema concluido sino por las mañas y la experiencia de algunos de sus jugadores. Simeone hizo expulsar a Beckham pero Ortega se hizo expulsar contra Holanda. Eso te muestra que el esquema no estaba concluido. Bielsa vino a poner un esquema claro. Juntó las herramientas, los elementos, los recursos humanos y estableció una manera de jugar clara y definida.

PERO QUE FALLÓ...
Sí. Quizá los jugadores llegaran demasiado quemados y sobreexigidos al Mundial. O hubo algún miedo escénico, o mala suerte o un modo previsible o todo junto, pasaron varios años y todavía no hay explicación convincente. Pero Argentina sabía a que jugaba. Cada jugador sabía a que jugaba él y el equipo. Fue un proceso de años, de ensayo y error. El problema es y será el circuito de creación. Se probaron duplas, enganches, dobles 5, volantes, marcadores volantes... en una característica de seleccionador de Bielsa, que casi todos los jugadores eran capaces de variar de posición de partido a partido o incluso en un mismo partido. Los llaman polifuncionales, pero la verdad es que si un jugador no está dotado técnicamente no funciona. El atraso refiere a esto: la inclusión repentina de Tristelme vino a retroceder un proyecto que llevaba años de ensayo y error en la búsqueda de una asociación en ataque después de Maradona.

REPORTAJE (PARTE 4)