Tristelme no la encuentra

Hace cuatro meses que el equipo de Tristelme no gana de visitante. En una semana (3 partidos) le hicieron 7 goles. Después de otro ataque de humo de la prensa subjetiva que pretende dibujar discursos sobre los hechos, volvemos a los hechos, al fútbol.

Y entonces Boca recibió un Rosario de goles de Newells (4) para volver a perder sin mostrar reacción ni la tradicional garra xeneize. Defensivamente es un asunto crítico, la última línea no cierra y ya sabemos que hay jugadores (mediáticos) del plantel que no juegan sin pelota, ni marcan, ni toman posiciones defensivas que colaboren con el resto. Ya lo dijo Ezequiel Muñoz, que la defensa no es la única responsable del momento (ya más de un año) y que "por ahí no entramos con las ganas que teníamos que tener para jugar este tipo de partidos" (cualquier similitud con las famosas y explosivas declaraciones de Julio Cáceres no es pura coincidencia).

Uno de estos jugadores que no aportan siquiera en ubicación táctica defensiva está para comandar ataques y contraataques, oportunidades que Boca tuvo anoche en cierta cantidad. Pero este jugador, acostado en su lentitud, se encargó de esperar la vuelta de los defensores contrarios lateralizando pases y andando a paso cansino: otra demostración de que el astro, ganando, perdiendo o empatando juega siempre de la misma manera. Si Boca hubiera ido ganando hubiéramos leído sobre su maestría en el manejo de los tiempos pero...

Otra demostración de por qué, aun en una selección que no anda de parabienes, la gente en su mayoría, rechaza su regreso.

No podemos decir que Boca no tiene plantel: Ibarra, Medel, Prediger, Méndez, Gaitán, Insúa, Palermo conforman un grupo que es la envidia de cualquier equipo argentino. Pero si no le quitan el ladrillo (Tristelme) de encima, no se armará como grupo, no aparecerá la garra y repetirá quizá la performance de 2009.

Están a tiempo. Si Alves cuida su trabajo sabe lo que tiene que hacer. Habrá que ver si la dirigencia lo deja hacer.